Celebramos la primera participación en este espacio de la profesora María Taborda, quien nos ofrece en este artículo una mirada profunda sobre la juventud y los prejuicios de la sociedad adulta sobre ella.
Cuando hablamos de los jóvenes, es
inevitable escuchar muchas veces que “esta juventud está perdida”, que
con estos pibes no tenemos futuro. Yo, ya adulta, lo escuché varias veces y la
primera vez que lo escuché fue allá por el '93 cuando terminaba la primaria. En
ese momento no le di mayor importancia, es más casi lo tenía olvidado, quizás
en ese momento no me sentí ni parte de los adolescentes. Ese mecanismo de
defensa que tenemos muchos de no sentirnos parte para no contestar. La segunda
vez que lo escuché, fue en el secundario y de boca de un docente, recuerdo que
un compañero le contestó al profesor diciéndole que él no estaba perdido, el
docente dijo:
-¿entendés
que esa afirmación no era para vos, sino para otro tipo de jóvenes?-....
Pasa el tiempo y siempre la misma
frase, la misma estigmatización, pareciera que algunas ideas, o mejor dicho
algunas personas con sus ideas no evolucionan, creo que en este punto Darwin se
equivocó con su teoría, no todos los miembros de la misma especie evolucionan,
quizás algunos en apariencia si, “peeero” en sus ideas se quedaron en la edad
de piedra.
Algunos adultos han tenido la
maravillosa experiencia de"nacer grandes y maduros", entonces es
imposible que, estos " adultos pensantes", puedan imaginar tan
siquiera lo que siente un joven. Quizás creen que es condición sine qua non estigmatizar, desacreditar,
violentar al joven. Quizás porque en su juventud sus adultos formadores le
enseñaron eso y sin pensar repiten la historia, no pueden cortar el círculo.
Lo triste de esto es que muchas veces
estos adultos con sus comportamientos abonan la idea de juventud perdida que necesitan los grupos poderosos concentrados
para seguir tejiendo su telaraña de mentiras y sometimiento. ¿Por qué será que
a medida que nos vamos haciendo adultos nos comprometemos menos, nos
arriesgamos menos y solo pensamos en nosotros? Nos volvemos tan individualistas
que uno podría entender que el capitalismo en su máxima expresión se ha
apoderado, no sólo de nuestra mente, sino fundamentalmente de nuestra alma. Y
así vamos por la vida cuidando sólo nuestros intereses, pero si algo nos ocurre
condenamos a la sociedad toda por su falta de solidaridad, con la caradurez de
sentirnos con derecho a reclamar, sólo porque me tocó a mí.
En el jardín te enseñan a compartir, porque "el que come y no convida tiene un sapo en la barriga". Cuando
se es joven y se reclama por igualdad, inclusión, etc. te reprimen y te llevan
detenido, y no falta un " adulto" que diga: --que se joda para que corta la calle.-
Cuando estás en la primaria te machacan y machacan con el " aprendamos a convivir" y
luego cuando marchas en apoyo por la ley de matrimonio igualitario te preguntan
si " saliste del ropero”, claro es imposible para esa gente que uno
reclame por el otro.
Recuerdo patente como en secundaria nos enseñaron el respeto y el amor
hacia los pueblos originarios, y me parece muy increible que hoy los "
adultos" digan que estos pueblos son terroristas ( es la primera vez que
veo que los terroristas tienen como armas de última generación palos y piedras)
y justifiquen la desaparición de Santiago
Maldonado diciendo -¿para qué se mete si no era mapuche, seguro
se fue, por algo será?- ( y otra vez esas frases de adultos que parecen no
haber podido evolucionar, pero tampoco pudieron encontrar sensibilidad humana y
respeto).
Juventud Maravillosa |
Cuando hablamos de juventud nos
olvidamos primero que alguna vez fuimos jóvenes, y que, lamentablemente,
algunos adultos perdimos ese amor, esa fuerza, ese compromiso, esa solidaridad
que sólo te da la juventud. Si la juventud estuviese tan perdida, por qué razón
se encargan tanto de estigmatizarla y perseguirla, nadie dedica tanto tiempo ni
tantos años a algo que cree perdido. ¿Será que le tienen miedo, será que
verlos nos recuerda a lo que fuimos y no tuvimos el valor de seguir siendo?
¿Qué juventud es la que está perdida?
La que salió a marchar junto a los trabajadores en el Cordobazo? ¿La que marchó por el boleto estudiantil, cuyo reclamo les costó ni más ni menos que la
misma vida? ¿La juventud que militó y resistió la última y más cruel dictadura? ¿La juventud que abrazó la
vuelta de la Democracia? ¿La
juventud que comenzó a participar de la política junto con la llegada de Néstor y Cristina? ¿Qué juventud está
perdida, la que cuando se inundó por completo La Plata fue a ayudar al otro? ¿Qué juventud está perdida, esa
que está convencida de que la patria es
el otro? ¿Esa juventud que está luchando por su derecho a la educación y por los puestos de trabajo de sus
profesores? ¿Qué loco, éstos jóvenes no luchan no reclaman sólo por ellos,
luchan y reclaman también por los derechos de sus profesores, los mismos que
después los estigmatizan, quizás porque dentro de su cerebro (cerebro de
"adultos") aún no saben que en esa reforma educativa no sólo se
pretende vulnerar los derechos de los alumnos ( transformándolos en objetos de
trabajo y no en sujetos de derecho), sino también el de los trabajadores de la
educación.
Asamblea de estudiantes frente a la reforma educativa en CABA |
Yo creo realmente que le temen y le
temieron siempre a esta juventud, por eso la demonizan. Tal vez estarían
más contentos si la mayoría de los jóvenes sólo pensaran individualmente, si
solo les importara el aquí y ahora, sino tuvieran otro plan más que el de
zafar. Quizás deberíamos pensar y reflexionar que hasta la llegada de la
dictadura los porcentajes de escolaridad terciaria y universitaria eran altos
en nuestro país, luego con la dictadura y ni hablar de los '90 estos
porcentajes disminuyeron, lógicamente acompañados del modelo económico que
realmente necesitaba seres individualistas que creyeran que todos es producto
del esfuerzo personal, es decir, la tan de moda meritocracia.
Quizás la juventud que se está
extinguiendo es aquella a la que siempre quisieron denigrar, cuando en realidad
la mayoría de nuestros adolescentes y jóvenes piensan y proyectan un futuro,
futuro que por otra parte nos encargamos nosotros, los adultos de embargar a
100 años!!! Muy lindo como piensan y actúan los adultos.
Si a los jóvenes los queremos hacer
cargo del " futuro", pues bien, los adultos deberíamos dejarles un
buen presente que les permita estudiar, y no tener que dejar la escuela porque
gracias a los adultos, hoy ya no tiene que comer en la casa.
Quiero creer que la juventud que está
perdida, o que se debería perder, es la que esos adultos egoístas alguna vez
vivieron.
María Taborda
Muy bueno
ResponderEliminar