La lectura de los matutinos muchas veces nos depara momentos como mínimo ingratos. Que aventurarse
con los artículos del diario de la familia Mitre es garantía de quedarse con un
sabor rancio en la boca es bien sabido. Esta
mañana no fue distinta, aunque un breve artículo de Juan María Segura se llevó
el primer premio a la intolerancia y el pensamiento retrógado del siglo XXI.
El renombrado, según el propio matutino, experto en
educación realiza un análisis (breve) de la toma de los colegios secundarios de
CABA. En esta brevísima e incompleta
lectura sobre la situación, el docente no solo desprestigia la mirada y la
opinión, de familiares y alumnos de las escuelas secundarias, sino que también da
muestras claras de desconocer la ley de educación que claramente tiene un
espíritu abiertamente democrático y pone en un lugar preponderante la
participación en la toma de decisiones y políticas educativas a la totalidad de
la comunidad.
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Yo sé, vos no. |
Desestimando la posibilidad que los alumnos realicen
propuestas y sugerencias a los funcionarios de la cartera educativa, va más
allá y advierte que “los chicos no están de ninguna manera en condiciones de
hacer un aporte útil a este debate”. Solo
basta escuchar los fundamentos que esgrimen cuando se los consulta por los
medios de comunicación sin faltarles el respeto, para saber que el señor Segura
ve está problemática de manera demasiado reduccionista.
Si no es un tema de voluntad, sino de pericia y preparación,
como afirma el autor, me pregunto por qué han fallado tan estrepitosamente las
políticas educativas que se implementan de arriba hacia abajo echando por
tierra la opinión de los docentes de aula, alumnos y familias.
Finalmente, a ese grupo de jóvenes activos, insensatos y mal
asesorados como los llama el señor Segura que no permitieron al resto estudiar
y aprender (detengámonos aquí en la diferencia que plantea entre ambos grupos
al nombrarlos, por un lado jóvenes insensatos , por el otro los estudiantes)
les diría tres cosas: en primer lugar, los jóvenes activos cambian la realidad
a diferencia de los viejos rancios que nos escondemos detrás de los
escritorios, en segundo término, los insensatos son los que no acatan las
órdenes, en consecuencia los que resisten los mandatos del más recalcitrante
conservadurismo. Finalmente, si están mal asesorados según el Señor Segura, es
que este tipo de gente no tolera las ideas diferentes y si ellos no las toleran,
es señal de que están en el camino correcto.
marianotripi@gmail.com
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