viernes, 29 de septiembre de 2017

De expertos y necios va la reforma educativa.

La lectura de los matutinos muchas veces nos depara momentos como mínimo ingratos.  Que aventurarse con los artículos del diario de la familia Mitre es garantía de quedarse con un sabor rancio en la boca es bien sabido.  Esta mañana no fue distinta, aunque un breve artículo de Juan María Segura se llevó el primer premio a la intolerancia y el pensamiento retrógado del siglo XXI.

El renombrado, según el propio matutino, experto en educación realiza un análisis (breve) de la toma de los colegios secundarios de CABA.  En esta brevísima e incompleta lectura sobre la situación, el docente no solo desprestigia la mirada y la opinión, de familiares y alumnos de las escuelas secundarias, sino que también da muestras claras de desconocer la ley de educación que claramente tiene un espíritu abiertamente democrático y pone en un lugar preponderante la participación en la toma de decisiones y políticas educativas a la totalidad de la comunidad.

Yo sé, vos no.

Desestimando la posibilidad que los alumnos realicen propuestas y sugerencias a los funcionarios de la cartera educativa, va más allá y advierte que “los chicos no están de ninguna manera en condiciones de hacer un aporte útil a este debate”.  Solo basta escuchar los fundamentos que esgrimen cuando se los consulta por los medios de comunicación sin faltarles el respeto, para saber que el señor Segura ve está problemática de manera demasiado reduccionista.
Si no es un tema de voluntad, sino de pericia y preparación, como afirma el autor, me pregunto por qué han fallado tan estrepitosamente las políticas educativas que se implementan de arriba hacia abajo echando por tierra la opinión de los docentes de aula, alumnos y familias.

Finalmente, a ese grupo de jóvenes activos, insensatos y mal asesorados como los llama el señor Segura que no permitieron al resto estudiar y aprender (detengámonos aquí en la diferencia que plantea entre ambos grupos al nombrarlos, por un lado jóvenes insensatos , por el otro los estudiantes) les diría tres cosas: en primer lugar, los jóvenes activos cambian la realidad a diferencia de los viejos rancios que nos escondemos detrás de los escritorios, en segundo término, los insensatos son los que no acatan las órdenes, en consecuencia los que resisten los mandatos del más recalcitrante conservadurismo. Finalmente, si están mal asesorados según el Señor Segura, es que este tipo de gente no tolera las ideas diferentes y si ellos no las toleran, es señal de que están en el camino correcto.


marianotripi@gmail.com

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