miércoles, 13 de junio de 2018

Mientras gire la pelotita.


Mañana empieza el mundial de fútbol Rusia 2018, pero para los argentinos la pelota empieza a girar el sábado.  No importa lo devaluado que esté el equipo futbolísticamente hablando, no importa el papelón de cancelar el partido en Jerusalén y el desmanejo de la Asociación del Fútbol Argentino, poco a poco, partido tras partido la pasión futbolera irá ganando el pecho de todos,  hasta de los más fervientes detractores del propio Messi.


Mientras gire la pelotita el debate por la despenalización del aborto se tomará un respiro en las redes sociales, en los grupos de wasap, en las reuniones entre amigos.  No importa cuál sea el resultado de la votación en la cámara baja, el tema seguirá instalado pero dejémoslo para después del mundial. Si el proyecto de ley pasa a Senadores, el mundial le dará aire a unos cuantos para posicionarse ante tamaña responsabilidad.

Mientras gire la pelotita seguirá su marcha el ajuste made in FMI/Dujovne, habrá más despidos, paritarias sin cerrar, facturas de servicios que no se podrán pagar, jubilados que no puedan comprar los medicamentos porque no les alcanza el haber  que perciben después del nuevo cálculo y el aumento de los bienes de primera necesidad.

Mientras la pulga haga una gambeta y nos llenemos nuevamente de ilusiones coperas, la inflación seguirá su carrera ascendente, los agro exportadores seguirán esperando otra devaluación del peso argentino, las PYMES seguirán cerrando sus puertas porque no pueden competir con la importación y no pueden cubrir los costos de producción.

Mientras insultemos a miles de kilómetros al 9 de la selección por su desafortunada puntería la Argentina seguirá enfrentando el mayor nivel de endeudamiento externo de su historia.  Los trabajadores de Cresta Roja seguirán esperando que el presidente cumpla sus promesas y la gobernadora Vidal continuará exponiendo su clara ideología anti popular y clasista.  Seguiremos conviviendo con integrantes de las Fuerzas militares estadounidenses y quizás hasta la incorporemos al paisaje habitual de nuestra tierra.

Y nos vamos a olvidar de Marcos Peña rindiendo honores al imperio británico, tal vez recordemos el paso de comedia de la señorita que le obsequió un plátano, pero no mucho más.  Habrá para después del mundial un reciclado discurso que re editará de forma ocurrente y convincente frases del estilo de se robaron todo, la yegua se robo un PBI,  dejaron el país en ruinas, la pesada herencia y todo el repertorio duranbarbista que tienen preparado (cotillón incluido) de cara al 2019.

Pero “El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión.”, así lo definió el personaje de Guillermo Francella en “El Secreto de sus ojos” para dejar en claro el lugar que ocupa el fútbol en el sentir de los argentinos.

Quién sabe, quizás un día nuestro pueblo pueda darle rienda suelta a la pasión por la redonda sin miedo a que a sus espaldas lo estén pisoteando. Este Rusia 2018 tiene olor a humo, solo dios sabe que andarán haciendo detrás.










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