El circo de los medios de
comunicación, en especial la televisión, nos regala algunas miradas de
improvisados analistas de la realidad que, sin desmerecer su interesante e
interesada opinión, siguen jugando el juego de confundir el todo con la nada.
Los defensores de la
República, aquellos que junto a algunos políticos que después de enterrados en
las urnas resurgen por los favores de los intereses de grupos que ostentan
atemporalmente el poder en nuestros país, se han convertido otrora en la
infantería, en la punta de lanza de la defensa de las políticas del gobierno de Mauricio
Macri.
Cada vez que el Poder
Ejecutivo hace oídos sordos a los reclamos de la población o del propio
Congreso Nacional se libera a estos personajes sedientos de venganza anti popular
con el argumento que la democracia se ejercita en las urnas cada dos años y que
ya habrá oportunidad para aquellos que no acuerdan (sería más justo decir
padecen) las decisiones del autoritario gobierno de Magneto, Peña Braun, la
famiglia y el FMI.

Es más cómodo para los
que se esconden detrás del “yo no soy de ningún partido, pero se robaron todo”
delegar la responsabilidad del ejercicio democrático (que costó la sangre de
muchos aunque no lo quieran aceptar) al partido gobernante. Es decir, delegar
siempre que el que gobierna no meta el dedo donde no corresponde y haga enojar
a los intereses financieros y entonces los medios hegemónicos salgan a quemar
cabezas con sus esbirros conductores y opinadores televisivos, así si se
indignan porque son bien obedientes.
Señores defensores de la
República, el pueblo es quien detenta el poder y lo delega ocasionalmente en
uno u otro ciudadano, pero recuerden que nunca pierde el pueblo ese poder. Así
como lo da lo puede quitar. No se
escondan detrás de la falacia de la desestabilización, es de una cobardía
absoluta y ustedes lo saben porque estuvieron allí hace poco más de dos años.
Se acabó el crédito, se
terminó el discurso de la herencia K. Dejen descansar en paz al fiscal Nisman,
bastante tendrá dando explicaciones en el lugar en donde esté. La resolución de la Cámara no es más que un
ejemplo más de que están a la deriva y no saben nadar.
Finalmente, señores
gobernantes y lame botas de turno, no le tengan miedo a la democracia, no le
tengan miedo al pueblo. Ahora bien,
estén seguros de una cosa, si algunos cientos de dueños de campos lograron
parar el país cuando la 125, no quieran imaginar lo que puede hacer un pueblo
de trabajadores hartos de que los sigan robando. No piensen en cacerolas,
piensen en brazos de hombres y mujeres que no pueden darle de comer a sus hijos
y saben que ustedes son los únicos responsables.
MMT
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