viernes, 14 de julio de 2017

PEP-SI-CO-LA

El país de la alegría que proponen Macri y Vidal.
Es sabido que la actual dirigencia nacional y provincial no se caracteriza por estar muy atenta a las necesidades de la masa trabajadora.  Si bien repiten un discurso duranbárbaro de preocupación por la baja del nivel de desempleo, las políticas económicas se toman en otra dirección.  La idea de un Estado que vela por los trabajadores, se esfumó con la llegada del macrismo a la Nación y el peso político que ostenta la gobernadora bonaerense en la actualidad.

Por otro lado, la pasividad del triunvirato de la CGT ya no sorprende a nadie.  Indiferentes a la realidad social de sus representados los sindicalistas parecen mirar el mismo canal televisivo y leer los mismos diarios que el propio Macri.

El espacio que se hace presente y que supo ser decisivo en las últimas elecciones es la izquierda. Una izquierda que parece acomodarse a los nuevos tiempos y que ya comenzó su campaña en las redes sociales y en combativos videos en los canales de you tube.  Vale recordar que la situación política, social y económica actual se desprende, en parte, por la decisión del improvisado candidato que llamo a votar en blanco dándole al conservadurismo liberal la pequeña ventaja que los colocó en el ejecutivo nacional.

¿Y el ministro de trabajo? ¿Y el derecho a la dignidad de esas 600 familias?.  La mentira de la re ubicación de la planta intentó instalarse durante la tarde en boca de los operadores del gobierno, pero no dio resultado.  Para la oligarquía financiera, baja de retenciones y bicicletas, para los trabajadores palo, palo y gases.

Estamos ante un Estado que protege a los que más tienen, para el resto de los argentinos solo hay estado de abandono.

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