El gran dilema de la política partidaria de la actualidad es
cómo presentarse como una alternativa opositora sin pertenecer al Frente de
Unidad Ciudadana o a un partido de izquierda.
Con el agua al cuello. El chiste de los patitos es muy viejo. |
La mentada ancha avenida del centro parece estar en proceso
de repavimentación y cerrada de inicio a fin.
Cómo se construye un discurso opositor a las políticas del gobierno nacional y provincial que han
desatado el desempleo, la caída de la
producción, el aumento de los servicios públicos, la caída del salario en
relación a la inflación, cuando desde el parlamento se acompaña al ejecutivo
con medidas tales como endeudamiento a plazos y montos siderales, pago a fondos
buitres, retorno a las recetas del FMI y esperemos ver qué sucede con el arribo
a las cámaras de la ampliación de la edad jubilatoria junto con la
flexibilización laboral.
Es difícil mostrarse distinto cuando claramente se es tan igual, tan cómplice. Las alianzas menos factibles hoy son
realidad. Massa / Stolbizer son ejemplo
claro de estas alianzas estratégicas que nacen con los días de vida
contados. Ambos, por separado, han sido
funcionales a las políticas del gobierno que sumieron al país en la crisis
económica y social más grave de los últimos diez años.
Por otro lado, casi como una mueca cruel del destino Carrió,
quien abandonó la mayoría de los espacios políticos posibles, una señora
republicana que amenaza a diputados en plena sesión de la cámara, que abandona
lo construido junto a Lousteau por su irrefrenable necesidad de
protagonismo. La candidata que ha sacado
la menor cantidad de votos en las elecciones de la última década, postulándose
al cargo que fuere, la denunciadora serial que prometía contenedores repletos
de pruebas para vaya a saber que causa, la pitonisa que predijo que la
Argentina importaría harina y carne durante los gobiernos de CFK, la misma que
trato a Macri de ladrón y afirmó que le daría vergüenza que sus hijos viviesen
en un país en el que el ingeniero fuese presidente, esa señora es la candidata de la Alianza Cambiemos.
Vidal y Macri se cargaron al hombro la elección ya que sus
candidatos no dan el peso para la contienda.
La gobernadora con mejor imagen que el presidente y con menos mentiras
de campaña de las cuales esconderse, ha salido a poner la cara por un candidato
que no ha abordado ningún tema con buena puntería. El presidente deambula por las provincias con
un mapa físico político en el bolsillo para intentar dejar de decir disparates.
El insípido Florencio (lindo título para un cuento de
Dolina) y su discurso pendular que no termina de convencer a ajenos ni ajenos,
ya que no se sabe candidato de que espacio es, sigue sin visibilizarse en las
encuestas.
Todos parecen reaccionar a los movimientos al accionar de
CFK. Hoy es la ex presidenta la que
marca el ritmo de la elección. Pero
falta, todavía falta.