miércoles, 20 de diciembre de 2017

Se siembran lealtades, se cosechan traidores.

La lealtad constituye el más sagrado bien del corazón humano.       Séneca         


De lealtades y traiciones va la política nacional de los últimos dos años, por no decir que es la matriz de la propia práctica.  Aunque acostumbrados a escuchar estos términos en discusiones partidarias o en divisiones y rupturas de bloques parlamentarios, en el contexto político y social que atraviesa la Argentina (en otro nefasto diciembre de su historia) es necesario darles un valor que excede ampliamente la chicana partidaria.

Con la mesa servida, los dueños de estancia se dieron el festín.


Hay una anécdota muy conocida que relata la historia de Guillermo de Pourcellet quien servía a las órdenes de Ricardo Corazón de León en la Inglaterra del siglo XII.  Acompañado por algunos de sus caballeros, durante una cruzada a Palestina, el monarca decidió salir de caza y fue emboscado por los guerreros del Sultán.  Al verse superados en número y ante el inminente final de su rey, Pourcellet grito: -¡Yo soy el Rey! Los sarracenos, que provenían de una antigua tribu del norte de Arabia, abandonaron al legítimo rey y apresaron al caballero que se condenaba por lealtad a su rey.  Se dice que el Sultán Saladino al saber de semejante acto de fidelidad perdonó la vida al caballero y lo entregó a cambio de diez soldados propios apresados por los cristianos.

 La lealtad es un bien casi extinto en algunos contextos, un valor que carece de popularidad entre los representantes del pueblo ya sea en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo. Este desprecio por cumplir con el mandato de los votantes se hace presente desde los Consejos Deliberantes de los diferentes municipios hasta el Congreso Nacional, pasando por intendentes, gobernadores y el propio presidente de la Nación. Las mentiras durante las campañas políticas, las promesas que finalmente no se cumplen, o que peor aún, se hace todo lo contrario a lo prometido, no son otra cosa que el desprecio por la lealtad que se le debe al pueblo.

La imagen innecesaria. La total impunidad con que presionan y gestionan en favor de ellos mismos.


Los acuerdos de gobernabilidad entre el Ejecutivo Nacional, los gobernadores provinciales y los diferentes bloques de diputados son inconstitucionales.  Los diputados representan directamente al pueblo así como los senadores a las provincias.  El mandato les es otorgado por el votante al cual representan en la Cámara y son sus intereses y no los del Ejecutivo los que deben defender.  Los diputados no han querido representar el mandato popular, hicieron oídos sordos y le dieron la espalda a las demandas de la gente.

Aquel diputado que justificaba su voto anti popular a favor de la Reforma Jubilatoria dando explicaciones acerca de la gobernabilidad de las provincias y los males que tenían que enfrentar los gobernadores, tendrá que re leer el manual del diputado advenedizo.  Usted señor no le debe explicaciones al gobernador de su provincia, se las debe a sus coterráneos.  Usted sabrá que nosotros conocemos de los favores que se dan dentro de la política y posiblemente haya llegado de la mano del gobernador a la puerta del Congreso, pero eso no lo escusa, lo compromete más.

Falsas promesas.  Ganar en base a mentiras y que te sigan creyendo.

La falta de lealtad les cabe a los diputados que votaron en contra de sus votantes siendo opositores, porque no están allí para aplaudir al fantoche e inclinarse ante los mandatos del neoliberalismo más grosero y asquerosamente explícito.  Pero también, el mismo reclamo debe hacerse a los diputados que representan a la alianza gobernante.  Estos últimos ganaron la elección prometiendo lo contrario a lo que están haciendo, es decir, le mintieron a la gente, la engañaron y ahora están despojándola de sus derechos.

trabajadores contra trabajadores.  Estos también van a ser jubilados de la mínima,

Este es el país que soñó Duran Barba, el FMI, las empresas multinacionales y los lacayos que administran y gerencian el Estado.  Poseen un aparato publicitario que convierte el estiércol en oro, la mentira en verdad, la oposición y los manifestantes en un enemigo.  Esos son los medios de comunicación que supimos conseguir derogando la Ley de medios audiovisuales.  Ya no están los obsecuentes de 678 , ahora hay otros, esos que ayudaron a convertir la mentira en verdad. Los que no mencionaron nunca la palabra represión durante las jornadas de violencia en las calles.  Las fuerzas de seguridad reprimieron a quienes agredían y a quienes no. Esa es violencia estatal, violencia nunca justificada. Habría que preguntarse, luego de ver como se ensañaban con los manifestantes y los apresaban como quien caza un animal salvaje, hasta que lugar habrán corrido a Santiago Maldonado para que se “ahogara” en un río muy distante de la ruta que debían desalojar.

Se es leal a los padres, a los hijos, a las parejas, a los amigos, al club de fútbol; en cada uno de estos casos la pasión y el amor son sentimientos que se conjugan y que hacen que estas relaciones sean respetadas hasta límites a veces insospechados.  No es el caso de la política. 

El hombre, retomando a Aristóteles, es a diferencia del animal, es un ser político siempre que viva en comunidad, en sociedad, que sea parte de un todo (nos permitimos esta licencia).  Claramente no son, ni se sienten parte. Pareciera que la elite política de hoy y de siempre (son las mismas caras salvo excepciones) no representa más que sus propios intereses, intereses que les son propios e impuestos.  Luego de más de una década de reconciliación entre la política partidaria y el pueblo, muchos están empeñados en reflotar el “que se vayan todos” porque en ese contexto también son ellos los que siguen en el poder.


El único leal sigue siendo el pueblo, pero a diferencia del reconocimiento de Saladino al gesto de aquel cruzado, el poder en la Argentina sigue ejecutando a la primera fila, a aquellos que son más débiles. Ni esa delicadeza han tenido.

martes, 28 de noviembre de 2017

Vayan a cobrarle a Perón.

General Arturo Rawson.
El 4 de junio de 1943 los Generales Arturo Rawson y Pedro Pablo Ramirez saludaban en Plaza de Mayo.  Luego de derrotar a las tropas leales al presidente que se habían atrincherado en la escuela de Mecánica de la Armada ingresaron a la casa de gobierno, para ese entonces Castillo ya se había retirado a Uruguay. 

El 26 de mayo de ese año Ramirez, quien ocupaba el Ministerio de Guerra del gobierno de  Ramón Castillo, se reunió con un grupo de dirigentes radicales para encabezar la  fórmula de la Unión Democrática con miras a las elecciones que se avecinaban.  Un grupo de radicales moderados proyectaban una alianza con el socialismo y el partido Demócrata Progresista entre otros sectores opositores al gobierno. Al enterarse de esta situación el Presidente le pide la renuncia el 3 de junio y esta parece ser la causa inmediata que desencadena un Golpe de Estado que se precipitó en  una reunión en Campo de Mayo de la que no participaron ni Farrell ni Perón.  Tanto Farrell como Perón serían luego quienes encabezarían las políticas más importantes del gobierno del GOU.

El del GOU fue un gobierno de facto que se diferenció de aquellos que lo precedieron y de los que lo sucederían por estar integrado casi en su totalidad por miembros de las FFAA.  Por primera vez, desde la consolidación del Estado,  el Ejército Argentino se presentaba como heredero del Ejército Independentista de San Martín.  Jhon William Coocke  diría más tarde que fue un Ejército que salió de los cuarteles para devolver las libertades cívicas, y volvió a ellos luego de cumplir su misión.

En octubre de 1943 Juan Perón convirtió el Departamento Nacional de Trabajo que dependía del Ministerio del Interior en la Secretaría de Trabajo y Previsión dependiente de la Presidencia, desde allí comenzaría a entretejer su relación con la masa trabajadora y con los gremios.  Para ese entonces la Confederación General del Trabajo se encontraba dividida en dos, por una lado, un núcleo duro de origen gremialista compuesto en su mayoría por trabajadores ferroviarios, y por otro lado, una CGT más relacionada con organizaciones político partidarias de origen socialista y comunista.  Los dirigentes sindicales no partidarios, fueron parte de los equipos de trabajo que redactaron las leyes laborales que promovía la Secretaria encabezada por Perón. Desde allí surgieron leyes como la de Protección a la Maternidad, la ley de Aprendizaje, el Estatuto de Obreros del Petróleo, la creación de la caja de jubilaciones para obreros y empleados de la industria y la de vacaciones anuales pagas,  entre otras.


Farrel y Perón.
Con la llegada de Perón a la vicepresidencia las viejas consignas sociales históricas que empezaran a tomar forma con el acceso a los derechos civiles de la masa trabajadora, avanzaron y comenzaron a fortalecerse . En consonancia, las industrias argentinas empezaron a ser lentamente protagonistas de las políticas económicas.  Daba inicio  de esta forma un período de redistribución  de la renta que se extendería hasta 1955 y que permitiría la consolidación del Partido Justicialista como único garante de los intereses de la masa trabajadora.

Como es sabido, un gobierno nunca puede representar los intereses de todos los sectores. La Argentina ha dado muestras acabadas de esto durante los diferentes procesos históricos por los que ha atravesado.  La profundización de las políticas sociales de Juan Perón generó en las elites tradicionales que  concentraban  históricamente el poder económico y político en la Argentina, una reacción que se convertiría en poco tiempo en un odio visceral conocido comúnmente como anti peronismo.



En junio de 1945 un importante grupo de organizaciones que nucleaban a dueños de empresas y comercios firmaron el “Manifiesto de la Industria y el Comercio” en el que se repudiaba el incremento de los sueldos.  Las tres asociaciones de propietarios de campos se sumaron a la industria y el comercio y cerraron posición frente a las medidas intervencionistas del gobierno para la comercialización de cereales, rebaja en arrendamiento de tierras rurales, expropiaciones y la sanción del Estatuto del Peón de Campo, una herida abierta en el seno de la oligarquía terrateniente argentina.


Como no podía ser de otra forma, al verse expuestos los intereses de las naciones centrales la reacción no se hizo esperar.  El 21 de mayo de 1945 la administración Truman nombra embajador de los EEUU a Spruille Braden en lugar de su predecesor Norman Armour.  La clara política anti sindical del embajador acompañada de su firme mandato de debilitar y desestabilizar el gobierno de Farell y Perón tuvo su cenit con la decisión de suspender el ingreso de embarques de oro al país en una clara iniciativa de bloqueo económico.


Los partidos liberales que representaban los intereses de las minorías acomodadas y conservadoras del país, se abloquelaron en una alianza partidaria denominada Unión Democrática.  A este concierto de partidos opositores se sumó en parte el Partido Comunista Stalinista y el Partido Socialista.

Braden o Perón sería luego la llave del triunfo para el militar.


La “Marcha por la Constitución y la Libertad” que encabezó la Unión Democrática reclamaba la renuncia del gobierno militar y el traspaso del poder a la Corte Suprema de Justicia.  La crisis política a la que se enfrentaba el gobierno del GOU precipitó las decisiones.  Perón renunció a sus cargos.  Su lugar como representante de los intereses de los trabajadores se reafirmaba con el decreto que aumentaba sueldos y salarios, implantación del salario móvil, vital y básico y la participación de los obreros en las ganancias.  El anuncio se había hecho frente a la Secretaría de Trabajo el 10 de Octubre y se convertiría en el embrión de la mística justicialista a través de la frase: Venceremos en un año, venceremos en diez, pero venceremos. (…)”.

La misma Corte Suprema había legalizado el golpe militar de 1930.

Perón fue arrestado el 13 de Octubre. La designación del vicealmirante Vernengo Lima llevo satisfacción a la metrópoli.  El embajador parecía haber logrado su objetivo.  Los intereses de los herederos del Pacto Roca-Runciman estaban a resguardo.  Preso el  “charlatán”, desaparecían todas las conquistas sociales. A cinco días del llamado a una huelga general y a las puertas del nacimiento de Peronismo, muchos, que no pudieron ver más allá de sus narices, se atrevieron a decir: “Ahora vayan a cobrarle a Perón”

miércoles, 8 de noviembre de 2017

UNION SOVIETICA II

Prosiguiendo con el relato sobre mi estadía en la Unión Soviética, en el año 1969, transmitiré, datos, vivencias, anécdotas y comentarios, como aspectos complementarios, que permitan una visión mas objetiva y comprensible, así como reflexiones, sobre lo que fué y significó aquella sociedad.

1.- Cualquier visitante, recién llegado a ese país, se extrañaría de no ver por las calles letreros de propaganda o luminosos por las noches para luego darse cuenta de la inexistencia de competencia comercial y que los precios de las mercancías los fijaba el Estado.

2.- En kioscos de diarios y revistas, en momentos que el encargado no se encontraba, el público se atendía por sí mismo dejando el valor correspondiente. En el servicio de omnibús, el pasajero que subía por la puerta trasera enviaba, de mano en mano, los 5 copec hacia adelante y el pasajero que estuviera cerca de la caja realizaba la operación, devolviendo el boleto y cambio, por el mismo pasamanos.

3.- En los comederos públicos, las persona reunían en una bandeja los preparados que apetecían. cancelaban el valor al final del mesón para enseguida dirigirse a una mesa o llevar lo comprado a su domicilio. Este sistema resultaba mas económica, en dinero y tiempo, que cocinar en casa.

4.- El vodka contaba con no pocos adherentes y no existiendo lugares establecidos para el consumo, el aficionado compraba lo necesitado y ahí, no mas, en la vereda o en alguna plaza cercana se escanciaba las porciones correspondientes, Y cuando a estos adoradores de Baco "se les pasaba la mano" la policía se los llevaba para dejarlos en libertad cuando "se les pasaba la mona". A propósito, en el almuerzo de una recepción se nos ofreció un licor con un ají dentro, Se vé que ese tal "gorilka" era muy bueno porque, al probarlo, me envalentoné proponiendo un brindis en ruso que fué muy aplaudido.

5.- En el inicio de la Conferencia de Partidos Comunistas, el 5 de Junio de ese año, tuvimos oportunidad de saludar, en el Kremlim, al Presidente del Soviet Supremo Leonid Breznev y escuchar su discurso de apertura.



6.- El pueblo Soviético era extraordinariamente partidario de la paz a raíz de haber padecido los horrores de las dos guerras mundiales que le costaron mas de 20 millones muertos. La paz no era tan sólo un deseo: el gobierno hacía denodados esfuerzos por mantenerla mundialmente, a la vez, que se mantenían preparados, desde  las organizaciones de pioneros a la gente de tercera edad, para enfrentar cualquier agresión bélica. Al visitar una fábrica de tractores nos llevamos la sorpresa de que la fabricación estaba a cargo, exclusivamente de mujeres lo que significaba que, en caso de guerra, ellas,. entrarían a fabricar tanques. Con el mismo criterio, el barrido de nieve en las calles al final del Invierno, lo ejecutaban las mujeres. Sin la gran preocupación por la guerra, con todo el progreso alcanzado, ese pueblo hubiera sido mucho mas feliz.

7.- En el transporte público, los asientos eran de preferencia para los niños.

8.- Era muy significativo que en el Estado Soviético, un importante número de ex empresarios capitalistas, a punto de jubilar, e hijos de capitalistas, eran Directores de Empresas Socialista . A nivel de conversación se notaba un gran sentimiento de satisfacción por la función que cumplían no dejando dudas que se sentían plenamente realizados. El ejemplo de vida de estos funcionarios induce a pensar que en la infinita complejidad de la naturaleza humana es siempre posible que el talento en hacer dinero para una vida egoísta puede servir para una instancia humanitaria que dé bienestar a muchos.

9.- La explotación de la tierra de propiedad estatal (Koljoses) era planificada de acuerdo a las necesidades alimentarias del país y con excedente de exportación. La extracción de minerales y petróleo se realizaba en condiciones de no contaminar el aire, la tierra y las reservas acuíferas con la finalidad de preserva la variedad de vida. Las tierras pertenecientes a las cooperativas agrarias(Sovjoses) producían para las familias asociadas, intercambiaban productos entre sus organizaciones y vendían públicamente cuotas de su producción. Contaban con el asesoramiento del Estado para todo tipo de actividad.

10.- La Economía Socialista basada en la  Propiedad  Social de los principales medios de producción (tierras, industrias, bancos, comercio exterior y bienes) es mucho mas ventajosa que la economía capitalista. En el socialismo los procesos productivos se ejecutan en base a la Planificación y de acuerdo a las necesidades de los habitantes. Las ganancias que en el capitalismo sirven para la vida de opulencia y despilfarro de una minoría (empresarios, latifundistas, banqueros) en el socialismo se emplea en el creciente bienestar de todos. Los hechos muestran, además, que los países socialistas se desarrollan mucho mas rápido que los capitalistas.



11.- La democracia, por ser participativa, garantizaba armoniosamente, los deberes y derechos de los ciudadanos. Aparte de referendos y procesos electorales la democracia se ejercía en opiniones, propuestas y críticas por vía del diario Pravda (Verdad) y en las células del Partido Comunista que funcionaban en todas las empresas y organizaciones sociales. La crítica y autocrítica era el método por excelencia para superar los defectos y errores en los entes administrativos y en la ejecución de los procesos de planificación a fin de lograr la mas eficiente utilización de los recursos humanos y materiales.

12.- Me encontraba en Moscú cuando los norteamericanos pisaron la Luna. Confieso que en esa ocasión experimenté sentimientos muy encontrados, valoré el hecho como una gran hazaña tecno/científica del hombre pero, al mismo tiempo, sentí una gran inquietud, por este avance, en manos de quienes sienten tanto desprecio por la vida humana.

13.- Durante esos meses disfruté en emblemáticos teatros, de distintas repúblicas, la riqueza artística, tradicional y moderna, de ese pueblo. Sus Obras de Teatro, Operas, Conciertos, Ballet, Espectáculos Circenses y el emblemático Teatro Bolchoi generaron recuerdos imborrable.

14.- La Unión Soviética era, por entonces, la metrópoli solidaria del planeta.. En ese espacio/tiempo de extraordinaria empatía se expresaban los mas elevados sentimientos fratenales de todas las razas del mundo. Los gestos, señales, dibujos eran el idioma común y cotidiano junto a las bromas con que "pagaba el piso"  todo recién llegado. En esa "Torre de Babel"  cumplíamos con la misión de conocer, intercambiar experiencias y adquirir nuevos conocimientos para cumplir con la noble misión de construir un mundo de igualdad social.

15.- En el entendido que a la disolución de Unión Soviética las riquezas naturales y bienes no fueron arrebatadas por las transnacionales se explicaría el potencial que  permitió a ese país sostenerse como actual potencia mundial.

16.- En la visita que hicimos a una fábrica de carburadores se me dió la oportunidad de participar en la cadena de montaje. Mi tarea consistía en instalar, con un taladro colgante, 3 tornillos a una pieza y esperar la siguiente para repetir la operación. Mientras tanto, nuestro grupo, controlaba los tiempos sucesivos. Por el esfuerzo mental y físico, en cada lapso de tiempo, fue fácil darse cuenta que en la jornada de 6 horas el cansancio del trabajador era normal, muy diferente a las jornadas extenuantes del sistema de montajes Taylor, en el capitalismo.

17.- Es imposible dimensionar el trágico destino de la humanidad si el nazismo hubiese sido el vencedor en la segunda guerra mundial. Las horrorosas escena que vemos a través del cine nos muestran, de alguna forma, la terrible realidad que hubiéramos tenido que padecer. La persecusión y genocidio se ejercería contra toda familia y persona que no perteneciera a la raza aria o pangermánica. La humanidad consciente valora y agradece el valor y organización del Ejercito Rojo, dirigido por el Partido Comunista, que fue capaz de expulsar a los nazis de la URSS, perseguirlos y obligarlos a rendirse en su propio territorio, En relación a este tema surge una gran y necesaria interrogante  ¿Como entender que gran parte del "inteligente" pueblo alemán pudo ser persuadido y llevado, por un psicópata, a la triste condición de bestias humanas?

18.- A 100 años de la revolución de Octubre constatamos que,en este lapso de tiempo, el mundo ha cambiado de forma  mucho mas dinámica que en otras épocas,.En la Concatenación Universal las condiciones objetivas de extremas necesidades que sufren las grandes mayorías incitan a la unidad y lucha por mejorar estas injustas condiciones de vida. Por impulso de las contradicciones se desarrollan los factores económicos, sociales, políticos y culturales que generan las condiciones subjetivas plasmadas en conciencia de clases y protagonismo masivo. Este fue, precisamente, el proceso que culminó en la Revolución Rusa de 1917 y que, a la vez, constituyó el inicio de la revolución, en diferentes momentos y condiciones, a escala mundial. El legado de los obreros, campesinos y soldados bolcheviques está presente en el mundo demostrado por Cuba, China, Vietnam, Corea, Nicaragua, Bolivia, Venezuela, Uruguay, Ecuador, en la presencia Leninista de Rusia y en el despertar consciente de los pueblos.

Regresé a Chile portando una valija repleta de hermosas vivencias, renovados sueños y un gran deseo de contar que en algún lugar del planeta existe un mundo nuevo, de igualdad social, tejido con mucho amor, ofrendado a todos los pueblos del mundo..

Carlos Ibañez

sábado, 21 de octubre de 2017

Tan iguales, Tan distintos.

El gobierno de CFK fue una asociación ilícita.  Durante 12 años el país estuvo administrado por un grupo de funcionarios que tenía por objetivo central delinquir y vaciar las arcas del Estado.  Ese grupo “K”, fue contra todos los intereses de la Argentina. Se opuso a la concentración de los medios de comunicación y su incalculable rentabilidad y concentración de poder, entonces son unos ladrones. Este grupo de malhechores organizados  despilfarraron el dinero de los contribuyentes de la acomodada clase media para mantener a mal entretenidos, vagos, inmigrantes y básicamente todo aquel que no conoce las buenas costumbres, no tiene apego al trabajo y no quiere ganarse con el sudor de su frente el pan de cada día; estos dirigentes son unos demagogos y la peor de todas es CFK…

Es que la masa olorosa da miedo. Ya pasó en Octubre de 1945 con el aluvión zoológico.  Encima  esos mismos que se atrevieron a mojar sus pies en las sacrosantas fuentes de la Plaza de la Victoria, comienzan a tener protagonismo en el desarrollo de una nueva y desordenada “sociedad”argentina que se vanagloria de ser prácticamente feudal.  Y si hasta las mujeres votan.  Lo menos parecido a un ciudadano con derechos políticos son un pobre y una mujer, y esta actriz, hija bastarda, nacida en un pueblucho inmundo universaliza el voto y encima encabeza sus reclamos.  Ellos no la van a olvidar, crecerán recordando el día en que empezaron a llorarla.  Los descamisados hacen de ella la bandera de cada una de sus luchas.  El peronismo de convierte por acción y mística en una forma de vida, en una manera de mirar y sentir. 

Los aviones sobrevuelan la plaza y la bombardean intentando dar muerte al General.  Poco tiempo después el hombre que había congregado una multitud pidiendo por su libertad, con el apoyo de los trabajadores que hubiesen dado su vida empuñando las armas contra el usurpador, se refugia en el Paraguay y es destituido en nombre de las Instituciones y la República.  A partir de ese momento, más específicamente con la llegada de Pedro Eugenio Aramburu, y con el apoyo de todos los partidos políticos no peronistas y los sectores liberales y religiosos, la Revolución Libertadora, comenzó con un plan sistemático de desperonización.

El 24 de noviembre de 1955 se firma el Decreto Ley 3855[1]
en el cual se decide disolver el Partido Peronista Masculino y Femenino en todo el territorio de la República.  El gobierno, que había sido elegido democráticamente y por amplia mayoría, fue definido como dictadura totalitaria, causante de enormes daños al país.  A Juan Domingo Perón, a quien en el decreto nunca se lo menciona, se lo trata de dictador, responsable de desviaciones, arbitrariedades y violaciones que desconocen toda norma jurídica y desnaturaliza los principios éticos y sociales de la sociedad occidental.  En todo momento se insiste en la inconstitucionalidad del gobierno derrocado.

La Fusiladora que asesinó al General Juan José Valle y mató
a sangre fría en los basurales de José León Suarez,  a quienes se levantaron junto a él, se presentaba ante la sociedad como la defensora de la democracia, la institucionalidad, la libertad y los valores cívicos, políticos y religiosos que el peronismo se había ocupado de borrar en poco menos de diez años de gobierno. 


El 13 de Noviembre asume Pedro Eugenio Aramburu.  Nacido en Córdoba en 1903, encabezó el golpe de Estado y se convirtió poco después en presidente de facto remplazando a Eduardo Lonardi quien había comenzado con el proceso que Aramburu radicalizaría con su ascenso al poder. Con claras intenciones de perpetuarse en el poder a través de un fraudulento proceso de elecciones en las que el peronismo estaría proscripto, fue responsable del decreto ley 4161[2] en el que se prohíbe en el territorio argentino todo aquello que tuviese relación con el régimen depuesto.



El 9 de Marzo de 1956 se conoce a través del boletín oficial el decreto que entre otras cosas llevará a la proscripción del PERONISMO, la prohibición del uso de cualquier imagen relacionada con el gobierno derrocado, la persecución de sus dirigentes, imposición de multas, inhabilitaciones, arresto, clausura de empresas comerciales, etc.  Se llamó a Perón Tirano y no se le perdonó jamás haber logrado la soberanía económica del Imperio Inglés, quien arremetería con furia con el apoyo siempre incondicional de los grupos oligárquicos argentinos, los partidos liberales, la iglesia católica y algunos grupos minúsculos que suelen embanderarse de rojo pero han sido siempre funcionales a los intereses de las minorías acomodadas.  En palabras de Fermín Chávez, es posible que los ingleses hayan hecho el cálculo, y que decidieran intervenir, contando como contaban con fuerte aliados en la marina de guerra argentina.[3]

Entre los retrocesos que sufriría el país durante el siniestro proceso encabezado por la revolución que defendía los valores republicanos, católicos y democráticos se encontraban la anulación de la Carta Magna reformada en 1949 en la que se establecían, entre otros, los derechos laborales y sociales: jornada de 8 horas, vacaciones pagas, aguinaldo, igualdad jurídica del hombre y la mujer, se reconoce como constitucional la justicia social, etc.  Por otro lado, se suspende la Ley de Divorcio Vincular, se disuelve el I.A.P.I. (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio), se toma deuda externa, se desnacionalizan los depósitos bancarios, se ingresa al FMI (ingreso al que Perón se había resistido enérgicamente), se aplica la Ley Marcial que habilita los fusilamientos de hombres y mujeres que comienzan a formar parte de lo que se conocería en adelante como la Resistencia Peronista.

Tan igual y tan distinto. Las mismas palabras, el mismo discurso.  La misma prepotencia, los mismos intereses.  Autoritarismo, régimen, adoctrinamiento, acusaciones infundadas de corrupción a granel (aunque algunas de ellas merecen un serio trabajo de la justicia y no del partido judicial).  Se vuelve hablar de prohibición, libertad de expresión suprimida, armonía entre argentinos (léase grieta).  Tan iguales y tan distintos.  El imperio y sus lacayos vuelven por lo que siempre consideraron que les pertenece, lo nuestro.


marianotripi@gmail.com






[1] Decreto Ley 3.855/55. BUENOS AIRES, 24 de Noviembre de 1955. Boletín Oficial, 12 de Diciembre de 1955.
[2] http://repositorio.filo.uba.ar/bitstream/handle/filodigital/1143/uba_ffyl_t_2005_818293.pdf?sequence=1&isAllowed=y
[3] Fermín Chavez, Revista Primera Plana N° 507, 13 de Septiembre de 1973.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Democracia, Paz y Prosperidad.

VENEZUELA, con el reciente acto electoral demostró, una vez más, ser un país libre y soberano para dirimir sus asuntos internos sin la injerencia interesada del imperialismo norteamericano y las oligarquías apátridas.
[ ]
Un tan alto porcentaje de participación, en un sistema de votación voluntaria, consolida la democracia y la paz y es un augurio de mayor y merecido bienestar para ese digno pueblo hermano.
La oposición, contando con el 80% de radio y televisión, el monopolio de las redes sociales y amplia libertad de difusión, no logró confundir, con sus mentiras, al 54% de electores conscientes.
Ese acto eleccionario fue un episodio más en la lucha que sostenemos los pueblo del mundo en contra de las oligarquías y el imperialismo por terminar con el saqueo de nuestras riquezas naturales y la explotación humana.
El heroico pueblo Venezolano con su ejemplo de lucha y aporte a conciencia libertaria merece la más amplia y firme solidaridad de los trabajadores del mundo.
Felicitaciones! Al pueblo Venezolano y a sus dirigentes por el extraordinario avance en cuanto a Democracia, Paz y Prosperidad.

Mendoza, Octubre de 2017

Carlos Ibañez

martes, 17 de octubre de 2017

El subsuelo de la Patria.

Por Enrique Manson

Los episodios del 17 de octubre de 1945 han sido relatados una y mil veces por historiadores y protagonistas.  Existen, sin embargo, algunos temas más o menos relevantes, que todavía se prestan a debate.


La importancia del suceso. Nada menos que la irrupción de la clase trabajadora en la condición de protagonista de nuestra
historia, y lo rico de muchas de las descripciones existentes hace que me limite a tratar de sintetizar los hechos principales, presentar mis puntos de vista acerca de las cuestiones en discusión y eche mano, para completar el relato, de algunos de los más ricos testimonios.


“Yo hice el 17 de Octubre”, afirma con escasa modestia y dudoso acierto el venerable Cipriano Reyes. ¿Quién lo organizó, en realidad? “¡Que se yo Nadie...Todos...” fue la respuesta que dio a esa pregunta de Arturo Jauretche el puntero de Gerli Pedro Arnaldi, cuando el martes le dio la primicia. “La gente se viene para Buenos Aires”, le contó al líder de FORJA, que se desayunaba en ese momento, “Todos están con Perón”[1]

“La cosa”, dice Félix Luna, “había empezado bien temprano, a la hora en que los obreros van llegando a las fábricas con la bronca del madrugón y el sabor amargo del mate en la boca. Pero esta vez no entrarían. Una consigna transmitida casi telepáticamente los detenía en los ingresos, los iba agrupando afuera y los fue sacando hacia las avenidas.”[2]

“En la mañana...vinieron a buscarnos al Sindicato....unos compañeros de Barracas.

-¿Qué pasa?

-En Avellaneda y Lanús la gente se está viniendo al centro...No sabemos quién lanzó la consigna, pero toda la gente está marchando hace algunas horas hacia Buenos Aires.

-Pero la CGT...dio la orden de la huelga general. ¿Qué es esta marcha?

- No sabemos. La cosa viene sola. Algunas fábricas que estaban trabajando...han parado el trabajo, pero los hombres, en vez de irse a la casa, enfilan hacia Plaza de Mayo.”[3]

“Había comenzado ya  la histórica jornada del 17 de octubre, con su epopeya popular, sin parangón en la historia política contemporánea. El día en que el pueblo irrumpió con toda la carga de viejas injusticias y de justos resentimientos contra la Argentina oficial. Una rebelión que pudo ocurrir en cualquier momento, empujando a los dirigentes desde abajo, porque el peronismo de octubre fue, por sobre todas las cosas, la realidad que se alzaba contra las formas racionales que le habían sido impuestas desde arriba, en la década del 80. Era en suma la faz escondida de la Argentina: la parte grande del témpano, inmersa y oculta bajo la línea de flotación...Faz que los viejos políticos y la intelligentzia desconocían y ni podían imaginar siquiera.”[4]

“Era muy de mañana...El coronel Perón había sido traído ya desde Martín García...De pronto me llegó desde el oeste un rumor como de multitudes que avanzaban gritando y cantando por la calle Rivadavia: el rumor fue creciendo y agigantándose, hasta que reconocí primero la música  de una canción popular y en seguida su letra: ‘Yo te daré / te daré, Patria hermosa / te daré una cosa / una cosa que empieza con P / ¡Peroooon!’ Y aquel ‘Perón’ retumbaba como un cañonazo...Me vestí apresuradamente, bajé a la calle y me uní a la multitud que avanzaba rumbo a la Plaza de Mayo. Vi reconocí y amé a los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina ‘invisible’ que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas y que no bien las conocieron les dieron la espalda.”[5]

La alegría y los cánticos. Esa era la característica identificatoria de los que desembarcaban en una ciudad que los miraba con temor y desconfianza. Perón no es un comunista / Perón no es un dictador / Perón es hijo del pueblo / y el pueblo está con Perón.

Perón en libertad.

Américo Ghioldi, entre la poesía y los análisis sociológicos, intentaba explicar los hechos, seis días después: “En los bajos y entresijos de la sociedad hay acumuladas miseria, dolor, ignorancia, indigencia más mental que física, infelicidad y sufrimiento. Cuando un cataclismo social o un estímulo de la policía moviliza las fuerzas latentes del resentimiento, cortan todas las contenciones morales, dan libertad a las potencias incontroladas, la parte del pueblo que vive ese resentimiento y acaso para su resentimiento, se desborda en las calles, amenaza, vocifera, atropella, asalta a diarios, persigue en su furia demoníaca a los propios adalides permanentes.”[6]

Otra forma de cataclismo fue la que vio Raúl Scalabrini Ortiz. “Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en las densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el empleado de comercio. Era el subsuelo de la patria sublevada. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto...eran los hombres que están solos y esperan, que iniciaban sus tareas de reivindicación.”[7]

EVITA Y EL 17

A esta altura el debate sobre la participación de Evita Duarte en la organización de la jornada de octubre resulta ocioso.
No tiene valor alguno la leyenda que la pone a la cabeza de los trabadores o la hace circular por los gremios, lanzando consignas. Evita no tenía en octubre de 1945 ni la experiencia que ganaría aceleradamente en los años siguientes, ni mucho menos las relaciones políticas y sindicales indispensables.

Hizo todo lo posible, es decir lo que ella podía entonces, para lograr la libertad de su compañero, más allá, sin duda, de toda especulación política. Pero no pudo entrar al Hospital Militar ni conseguir el abogado que buscaba para gestionar un habeas corpus y, según parece, fue reconocida por un taxista que la entregó a los heroicos estudiantes que ocupaban la antigua facultad de Derecho en la Avenida Las Heras. Estos la golpearon y Evita se refugió aparentemente en la casa de su amiga, la actriz Pierina Dealessi.
Tuvo que seguir los acontecimientos por radio y, sólo después de medianoche pudo reunirse con Perón.
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A medio día la multitud en la Plaza era de varios miles. Vernengo Lima estaba preocupado y pretendía que la policía la desalojara, pero era evidente la actitud complaciente de ésta, que no cumplía las órdenes de Ramírez. El jefe, ante la indiferencia de los cuadros, terminó por dejar la renuncia en su despacho y mandarse a mudar. Más tarde Velazco se hizo cargo de la jefatura.

José María Rosa, que se había acercado, tal vez con más curiosidad que otra cosa, cuenta que oyó “consignas nacionalistas -nuestras consignas- que me desconcertaron porque no imaginaba que hubieran llegado hasta ellos. ‘¡Patria si, colonia no!’...Vi episodios entre dramáticos y risueños. Frente al edificio donde estaba entonces el Club del Progreso, en Avenida de Mayo al 600 un señor de edad trajeado a la antigua, de galera, cuello palomita y chaleco, apoyado en su bastón,...contemplaba el curioso espectáculo. Uno de los descamisados que marchaba por la vereda, dio un golpe con el pie al bastón haciendo caer al anciano. Este se levantó, y dio un bastonazo en la cabeza al insolente, que cayó al suelo...Los manifestantes...corrieron hacia él. El caballero de la galera y el bastón no escapó...Yo, y supongo que todos, lo dimos por muerto. Los descamisados llegaron hasta el caído, lo ayudaron a levantarse: ‘No te hemos dicho que hay que andar con cultura!...¡Discúlpelo, señor!"

“Comprendí que esa gente de bromas infantiles y procederes hidalgos,...que atravesaba el Riachuelo a nado, que venía de los más apartados arrabales para jugarse por un amigo, era mi gente, sentía la vida como yo, tenía mis valores, no se manejaba por palabras sino por realidades: era el pueblo, era mi pueblo, el pueblo argentino,...tantas veces mencionado en los programas de los partidos políticos y en los editoriales de los diarios...No era una entelequia: era algo real y vivo. Comprendí donde estaba el nacionalismo. Me vi multiplicado en mil caras, sentí la inmensa alegría de saber que no estaba sólo, que éramos muchos.”[8]


Sir David Kelly no era un nacionalista argentino en vías de descubrir al pueblo de carne y hueso cuando recibió el pedido de los gerentes de los ferrocarriles ingleses de quejarse al gobierno porque los trabajadores abandonaban sus tareas. “En la tarde de ese día decidí que era necesario ir a la Casa Rosada para decir que debían asumir la responsabilidad de proteger  los ferrocarriles. Debo confesar que me impulsaba asimismo una enorme curiosidad por saber que estaba pasando. Al acercarme a la Casa Rosada había un cordón de policía montada, pero no hacía esfuerzo alguno por impedir el paso de la gente ni se metía para nada con la multitud. El chofer quería retroceder y tuve que insistir para que siguiera adelante a muy poca velocidad. Tal como lo había esperado la multitud nos dio paso, no bien vio la bandera inglesa, limitándose a gritar en forma amistosa: ‘¡Abajo Braden! ¡Viva Perón!’. Llegué a la Casa Rosada y el ministro de Marina (el único que estaba en ese momento) me prometió que haría todo lo posible en el asunto de los ferrocarriles; pero por el momento ni el mismo estaba seguro de lo que estaba sucediendo.”[9]

Ni siquiera Perón estaba seguro. Las noticias que le llegaban al Hospital Militar hablaban de cientos de miles ocupando la Plaza de los grandes acontecimientos. En la avenida Luis María Campos, frente a las ventanas del Hospital, otra manifestación de avisados que se habían enterado de la presencia del coronel demostraba la veracidad de las noticias. Entre las muchas visitas que recibió en esa larga jornada estuvo un preocupado, ¿arrepentido?, Avalos. No se conoce el contenido de la conversación, aunque los que la seguían desde lejos testimonian que el ministro gesticulaba ampulosamente. Perón no la recordaba, o no quería recordarla, cuando Félix Luna le preguntó sobre el tema.

“...A Avalos lo vi en la Casa de Gobierno. Al menos no recuerdo haberlo visto a Avalos en el Hospital Militar. El que vino a verme fue el general Pistarini, de parte de Farrell. Yo le dije ‘mire, yo hago lo que ustedes quieran...No soy una manzana de la discordia...Ustedes han hecho un disparate y ahí tienen las consecuencias...

Entonces me llevaron a la Casa de Gobierno. Cuando llegué allí me encontré con Farrell, los ministros, los generales, etc. Me dijo Farrell: ‘Bueno, Perón, ¿qué pasa?’ Yo le contesté:

- Mi general, lo que hay que hacer es llamar a elecciones de una vez. ¿Que están esperando? Convocar a elecciones y que las fuerzas políticas se lancen a la lucha...

- Eso ya está listo - me contestó - y no va a haber problemas.

- Bueno, entonces me voy a mi casa...

- ¿No, déjese de joder! -me dijo y me agarró de la mano- esta gente está exacerbada, nos van a quemar la Casa de Gobierno...Venga, hable.

Entonces fui al balcón y hablé lo que pude improvisar en aquel momento. Imagínese, ni sabía lo que iba a decir...¡tuve que pedir que cantaran el Himno para poder armar un poco las ideas! Y así salió aquel discurso.”[10]

Antes de la llegada de Perón, Avalos había intentado utilizar a Mercante primero y al director de La Época, después para calmar a la multitud y lograr que la gente volviera a su casa. Sin intención de hacer caso a Vernengo Lima, que insistía en la idea de despejar la Plaza a balazos, hizo llevar a Mercante desde su lugar de detención al balcón de la Casa de Gobierno “donde se había instalado un micrófono, y (le exigió que) le dijera a la gente que Perón estaba a salvo. Mercante, sabiendo que otros trabajadores venían camino a la plaza, adoptó una maniobra dilatoria. Tomó el micrófono y comenzó su discurso con las palabras ‘El general Avalos’. El juego produjo los resultados esperados. La multitud lo obligó a callarse y no lo dejó continuar. Mercante se encogió de hombros y Avalos empezó a hervir.

La farsa continuó cuando Eduardo Colom sorpresivamente apareció en el balcón. El editor de La Época, el único periódico que apoyaba a Perón, agitó un ejemplar de la última edición y pidió permiso para dirigirse a la masa. Mientras Avalos titubeaba, el temperamental Colom tomó el micrófono. ‘Compatriotas’, comenzó, ‘el general Avalos me anuncia que el coronel Perón está en libertad.’ ‘No lo creemos’, fue la respuesta del coro. ‘Yo tampoco’, continuó el periodista, ‘pero voy al Hospital Militar donde me espera, y dentro de quince minutos lo traeré a este balcón. En tanto nadie se mueva.’”[11] 
 
Pasadas las once de la noche, Perón apareció, acompañado por Farrell, en el balcón. “Al ver su inconfundible figura, la imagen que durante toda la jornada había reclamado la gente, estalló una ovación que duró un cuarto de hora.”[12]

El presidente pudo decir unas palabras, entre cánticos e interrupciones de la multitud, que no le mostraba hostilidad gritando “Farrell y Perón / un sólo corazón.” La plaza entera cantó el Himno Nacional y, por fin, “Una explosión de multitud saludó su primera palabra:

-¡Trabajadores!

De allí en adelante no fue un discurso sino un diálogo lo que se oyó. Un diálogo muy diferente al que días atrás había sostenido Vernengo Lima con el público selecto de Plaza San Martín; aquel había estado enmarcado por el recelo, la histeria y la intolerancia de un sañudo coro que rechazaba las palabras del orador. Este diálogo de la Plaza de Mayo era, en cambio, una comunión de amor y fidelidad consagrada una y cien veces por la multitud.”[13]

“...hace casi dos años, desde estos mismos balcones, dije que tenía tres honras en mi vida; la de ser soldado, la de ser un patriota, y la de ser el primer trabajador argentino. Hoy, a la tarde, el Poder Ejecutivo ha firmado mi solicitud de retiro del servicio activo del Ejército. Con ello he renunciado voluntariamente al más insigne honor a que puede aspirar un soldado: llevar las palmas y laureles de general de la Nación. Ello lo he hecho porque quiero seguir siendo el coronel Perón, y ponerme con ese nombre al servicio integral del auténtico pueblo argentino.

Dejo el honroso uniforme que me entregó la patria, para vestir la casaca del civil y mezclarme con esa masa sufriente y sudorosa que elabora el trabajo y la grandeza de la patria. Por eso doy mi abrazo final a esa institución que es el puntal de la patria: el Ejército. Y doy también el primer abrazo a esta masa grandiosa, que representa la síntesis de un sentimiento  que había muerto en la República: la verdadera civilidad del pueblo argentino. Esto es pueblo...

-¡Es el pueblo! ¡Es el pueblo!

Esto es el pueblo sufriente, que representa el dolor de la tierra madre, que hemos de reivindicar. Es el pueblo de la patria. Es el mismo pueblo que en esta histórica plaza pidió frente al Congreso que se respetara su voluntad y su derecho. Es el mismo pueblo que ha de ser inmortal, porque no habrá perfidia ni maldad humana que pueda estremecer a este pueblo grandioso en sentimiento y número.

-¿Dónde estuvo? ¿Dónde estuvo?

Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción; pero desde hoy sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este movimiento colectivo, como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la patria.

Hace dos años pedí confianza. Muchas veces me dijeron que ese pueblo a quien yo sacrificaba mis horas de día y de noche, habría de traicionarme. Que sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña a quien lo ayuda.

-¡Nunca! ¡Nunca!

Por eso, señores, quiero en esta oportunidad, como simple ciudadano, mezclarme en esta masa sudorosa, estrecharla profundamente con mi corazón, como lo podría hacer con mi madre.

-¿Dónde estuvo? ¿Dónde estuvo?

Preguntan ustedes donde estuve: estuve realizando un sacrificio que lo haría mil veces por ustedes. No quiero terminar sin lanzar mi recuerdo fraternal y cariñoso a nuestros hermanos del interior, que se mueven y palpitan al unísono con nuestros corazones desde todas las extensiones de la patria.


Y ahora llega la hora, como siempre, para vuestro secretario de Trabajo y Previsión, que fue y seguirá luchando al lado vuestro por ver coronada esa era que es la ambición de mi vida: que todos los trabajadores sean un poquito más felices.

-¿Dónde estuvo? ¿Dónde estuvo?

Ante tanta nueva insistencia les pido que no me pregunten ni me recuerden lo que hoy yo ya he olvidado. Porque los hombres que no son capaces de olvidar no merecen ser queridos y respetados por sus semejantes. Y yo aspiro a ser querido por ustedes y no quiero empañar este acto con ningún mal recuerdo.

Pido también a todos los trabajadores amigos que reciban con cariño este inmenso agradecimiento por las preocupaciones que todos han tenido por este humilde hombre que hoy les habla. Por eso hace poco les dije que los abrazaba como abrazaría a mi madre, porque ustedes han tenido los mismos dolores y los mismos pensamientos que mi pobre vieja habrá sentido en estos días.

-¡Un abrazo para la vieja!

Sé que se había anunciado un movimiento obrero; ya ahora, en este momento, no existe ninguna causa para ello. Por eso les pido como un hermano mayor que retornen tranquilos a su trabajo. Y piensen. Hoy les pido que retornen tranquilos a sus casas...

-¡Mañana es San Perón!

Y por única vez...ya que nunca lo pude decir como secretario de Trabajo y Previsión...les pido que realicen mañana el día de paro...

-¡Mañana es San Perón!

...festejando la gloria de esta reunión de hombres de bien y de trabajo, que son la esperanza más pura y más cara de la patria.

Recuerden que entre todos hay numerosas mujeres obreras, que han de ser protegidas aquí y en la vida por los mismos obreros, y, finalmente recuerden que estoy un poco enfermo de cuidado, y les pido que recuerden que necesito un descanso que me tomaré en el Chubut. Ahora para reponer fuerzas y volver a luchar codo a codo con ustedes, hasta quedar exhausto si es preciso.

Pido a todos que nos quedemos por lo menos quince minutos más reunidos, porque quiero estar desde este sitio contemplando este espectáculo que me saca de la tristeza que he vivido estos días.”[14]



Enrique Manson



[1]Luna, Félix, ob. cit., pag. 273
[2]Ibidem., pag. 274
[3]Perelman, Angel, Como hicimos el 17 de octubre.
[4]Chávez, Fermín, ob. cit.
[5]Declaraciones de Leopoldo Marechal en Andrés, Alfredo, Palabras con Leopoldo Marechal.
[6]La Vanguardia, 23/10/45
[7]Scalabrini Ortiz, Raul, Los ferrocarriles deben ser argentinos.
[8]Rosa, José María, ob. cit.
[9]Kelly, David, El poder detrás del trono
[10]Declaraciones de Juan Domingo Perón a Félix Luna, en El 45, pag. 342
[11]Page, Joseph. ob. cit., pag. 158
[12]Luna, Félix, ob. cit., pag. 292
[13]Ibidem., pag. 293
[14]Chávez, Fermín, ob. cit.